01 febrero 2022

¿ANTE EL FRACASO DE NUESTRA DEMOCRACIA?


Coinciden en el tiempo la publicación de un estudio del Centro por el Futuro de la Democracia de la Universidad de Cambridge y un artículo de The Economist sobre la democracia en EE.UU. 

El primero viene a decir que los españoles estamos evolucionando más que otros europeos hacia la defensa de liderazgos fuertes y las dudas sobre la democracia; el segundo, que el 80% de los norteamericanos interesados por la política piensan que su sistema democrático necesita cambios importantes, si no una reforma completa.

Ambos dan pie a la sospecha de que el sistema democrático occidental puede estar deteriorándose y no responder a los valores que pregona e incluso perder su eficacia como vector de progreso social y económico. Algunas razones de esto:

  1. Claramente, no se gobierna con el objetivo del bien común, sino con el de conservar el poder aceptando, si hace falta compromisos difícilmente asumibles con la excusa de que para llevar a cabo una acción política el requisito previo es detentar el poder.
  2. En muchos países, no estamos gobernados por la mayoría, sino por muchas minorías, como algún personaje público se ha atrevido a decir.
  3. Se van olvidando los consensos: asistimos a una radicalización política, radicalización que se traslada a la sociedad, y no sólo en el ámbito de la política; parece que quien alcanza el poder renuncia a gobernar para todos, no busca la conciliación y rechaza de plano cualquier argumento de la oposición por mucho que este pudiera ser razonable o útil al bien común.
  4. Esta radicalidad se agrava cuando son los militantes de cada partido, los de mayor carga ideológica, quienes eligen a los candidatos; sólo así se puede entender la dudosa calidad de los líderes elegidos últimamente, incluso en democracias con gran tradición. 
  5. Las listas de candidatos cerradas y la disciplina de partido desvinculan al elector del elegido e impiden la racionalidad y eficacia en su supuesta función de representación.
  6. La aparición de opciones políticas alternativas dificulta la formación de gobiernos estables y coherentes porque, con frecuencia intereses muy concretos son contradictorios con el interés común. 
  7. El debilitamiento de instituciones independientes o arbitrales refuerza la posición del poder ejecutivo, que no está en plano de igualdad con el aspirante.
  8. No se cumple el principio democrático de cada persona un voto: dependiendo de donde se vote, cada voto tiene un valor muy diferente.
  9. Se empieza a envidiar la mayor eficacia de las autocracias frente a las democracias en gestión política, económica, sanitaria, de seguridad, etc.
  10. El horizonte de la planificación no alcanza más allá del plazo de una legislatura, lo que limita la eficacia de la acción pública e imposibilita una gestión económica a medio y largo plazo en momentos en que la globalización exige una política más coordinada.
  11. La pública es la única función seria para la que no se requiere preparación ni se exigen responsabilidades por su ejercicio ni se penalizan sus incongruencias. Pedro Moraleda



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