Una respuesta simple a esta pregunta, y empezando por la conclusión, es que hay que ser rico para comprar un coche eléctrico en España; o, dicho de otro modo, hay que tener una vivienda con garaje propio; pero incluso esto no es condición suficiente dado el escaso número de puntos públicos de recarga de que disponemos.
En cuanto a las ventas de coches puramente eléctricos, el porcentaje de los matriculados en nuestro país de enero a mayo de 2021 no llegó al 2 % , es decir, algo menos de 7.000 vehículos en cinco meses cuando el objetivo del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es de cinco millones en 2030. O sea que, para alcanzar ese objetivo, la mayor parte de los vehículos que se vendan desde ahora hasta 2030 habrían de ser eléctricos.
Según la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), estamos a la cola de la movilidad eléctrica en Europa. Incluyendo los híbridos enchufables, el porcentaje de automóviles matriculados en España no llegó al 5 % en 2020, entre los últimos de los países desarrollados y lejos del 10 % de media en nuestros países vecinos o del 20 % de media en los países del norte de Europa.
En cuanto a puntos de recarga públicos, también estamos a la cola de Europa solo por delante de Grecia, con 245 puntos por millón de habitantes y lejos de la media de la Unión Europea de 573 puntos de recarga por millón de habitantes a finales de 2020. Y el problema es que la complejidad administrativa en España hace muy difícil poner en funcionamiento un punto de recarga público en menos de dos años.
En definitiva, que el coche eléctrico está reservado de momento para ricos, puede que por eso el más vendido hasta ahora en España sea el más alto de gama, y que quizás hubiera que reorientar la política de incentivos para transformar nuestro sector de automoción. PM
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